Antes de ese año, en su ciudad natal, McKenna era conocida como la chica cuya hermana gemela murió en un trágico incendio; así que está entusiasmada por la oportunidad de reescribir su identidad. Ahora tiene una cita para el baile con el atractivo hermano mayor de Olivia y muchas posibilidades de que la elijan para formar parte del Consejo de Alumnos. Por primera vez desde que sus padres se divorciaron, parece que las cosas mejoran.
Desgraciadamente, todo cambia la noche del cumpleaños de Olivia.
Hanna, la misteriosa e introvertida chica nueva de la ciudad propone jugar a un juego llamado “Ligero como una pluma, tieso como una tabla”, durante el cual cuenta historias muy detalladas en las que la hermosa Olivia, la estridente Candace y la atlética Mischa, mueren. El juego no tiene ninguna gracia para McKenna, porque ella ya escapó de la muerte una vez, pero no quiere arruinar la diversión de las demás. Sólo es un juego, se dice a sí misma.
Pero deja de parecer un juego inofensivo cuando una semana después Olivia muere inesperadamente en un violento accidente automovilístico, tal como Hannah predijo. Y algo comienza a perseguir a McKenna, se mete en su habitación por la noche y le deja pistas que siempre parecen apuntar a Hannah. McKenna, ayudada por Trey, su atractivo vecino, quiere averiguar qué tipo de maldición ha echado Hannah a las chicas populares.
Mientras Hannah se vuelve cada vez más popular y usurpa la vida que Olivia no llegó a terminar, McKenna y Trey luchan por avanzar en su investigación, sabiendo que el tiempo es limitado, ya que si no acaban con el juego de Hanna, más vidas se perderán.
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